“Cuando me quito la ropa, no estoy pensando en tu reacción, estoy pensando en una pintura de Van Gogh.” Cito y citaré a Gypsy Rose Lee, la legendaria estrella de burlesque. Como una monja sus oraciones, recito: remover, desnudar, martirizar, provocar, incitar. ¡Que se revele lo oculto! Todas las acciones destilarán cierta dosis de crueldad. Quiero decir: lo que más deseás voy a demorarlo hasta que casi te mueras. La vulgaridad es tabú. La vulgaridad es el fin de todas las cosas. Cuando era chico no podía dormir pensando en cómo era la belleza. Los pensamientos que pasan por la cabeza de un stripper no acabarían de sorprenderte. Este acto que vas a presenciar está hecho de la suma de retazos que cosí con amor, como diría mi mamá. Es un juego donde la gracia consiste en traicionar tus expectativas. Por ejemplo: ¿poco, mucho o todo? A fin de cuentas: ¿qué es la desnudez? No soy un exhibicionista. Soy el traidor que quiere traicionarte. Porque traicionar es sorprender. Y sorprender, excitar. Y excitarte es mi destino.